Ácido glutámico

Además de ser necesario para la síntesis de muchas proteínas importantes para la planta, el ácido glutámico juega un papel central en el balance entre el carbono y el nitrógeno dentro de las plantas, interviniendo de forma esencial en el metabolismo primario de las plantas y en muchas reacciones del metabolismo secundario.

Ocupa un lugar central en el metabolismo de los aminoácidos porque casi todos los demás pueden derivar de él. La dupla “ácido glutámico/glutamina” actúa como receptor/donador de NH4+.

Como receptor de NH4+, una molécula tóxica para la planta, el ácido glutámico se transformándose en glutamina. La glutamina a su vez puede donar NH4+ (transformándose de nuevo en ácido glutámico) para la síntesis de otros aminoácidos, ácidos nucleicos, poliaminas, alcaloides, clorofila, etc.

Tanto el ácido glutámico como la glicina son metabolitos fundamentales para la formación de tejido vegetal y la síntesis de clorofila.

El ácido glutámico, la glutamina, la asparagina y el ácido aspártico son las principales fuentes de almacenamiento y transporte de nitrógeno orgánico por toda la célula.

Las plantas producen “esqueletos de carbono” para poder captar el nitrógeno, de forma que la incorporación de ácido glutámico exógeno proporciona nitrógeno y reduce el gasto de carbono (foto-asimilados).

Además de sus efectos positivos desde el punto de vista nutricional, hay estudios que demuestran una mayor tolerancia a estrés salino gracias a la incorporación de ácido glutámico exógeno.

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