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Cobre

En el suelo:

  • El Cu es un elemento que presenta una solubilidad baja a pH alto; pero presenta una gran tendencia a formar complejos con la materia orgánica del suelo, lo cual supone un factor que explique porque las deficiencias de Cu sean menores que las de Zn en suelos de pH alto.
  • En el suelo, el contenido del Cu varía entre 3 a 100 ppm, siendo realmente relevante conocer que parte se presenta en los minerales, en compuestos orgánicos, sobre los coloides del suelo intercambiables, y solubles en éste.
  • La movilidad del Cu se ve muy limitada por la gran adsorción que sobre él realiza la superficie del cambio del suelo; pero en cambio, la gran tendencia del Cu a realizar complejos con la materia orgánica del suelo es un factor importante que explica porque las deficiencias de Cu son menores que las de Zn.

En la planta:

  • Las carencias de Cu se suelen observar en suelos de pH altos, aunque también en ácidos muy lavados.
  • Los contenidos en Cu de las plantas están entre 2 y 20 ppm. El Cu es absorbido por la planta en cantidades mínimas, y se halla casi totalmente en forma compleja en el entorno de la raíz; pero antes de la absorción se disocia del quelato; es decir, implica el movimiento del ion en la planta.
  • Compite con el Zn por los mismos lugares de absorción radiculares, es antagonista, pero no con el Mn.
  • La movilidad está bastante restringida, pero se puede dar de las hojas viejas a las jóvenes.
  • El Cu se presenta en el xilema y el floema probablemente en forma ligada con aminoácidos debido a la afinidad del Cu con el átomo N de los grupos aminoácidos.
  • El Cu presenta una movilidad dependiente de la concentración del mismo en la planta; en plantas jóvenes de trigo, alimentadas correctamente con Cu; el desplazamiento de éste al grano se realiza correctamente, no siendo así si el nivel de este elemento en planta fuese deficiente.
  • Las aplicaciones foliares de compuestos cúpricos con fines fungicidas son capaces de corregir las deficiencias de Cu; lo que demuestra el movimiento de éste en pulverizaciones.

Fisiología:

  • En las hojas, cerca del 70% del Cu está localizado en los cloroplastos, en formas proteicas. También participa en la reacción de Hill y en el desarrollo de los cloroplastos.
  • Son asimismo numerosos los enzimas que contienen Cu; algunos de ellos, están implicados en la respiración de muchos tejidos vegetales.
  • Interviene en la fijación simbiótica del N.
  • Participa también en la biosíntesis de proteínas.

En resumen, las deficiencias de Cu afectan a numerosos procesos biológicos, entre ellos:

  1. Metabolismo de los hidratos de carbono (fotosíntesis y respiración).
  2. Metabolismo del N (fijación del N, síntesis y degradación proteica).
  3. Metabolismo de paredes celulares (en particular, la síntesis de lignina).

El Cu interviene también en la viabilidad del polen y en la resistencia a enfermedades.

El Cu en la nutrición y fertilización de cultivos:

  • Deficiencias de Cu: aunque las necesidades o extracciones de Cu son muy reducidas (aprox. 25 a 150 g/Ha); la nutrición insuficiente puede limitar rendimientos en determinadas condiciones edafológicas y en ciertos cultivos especialmente sensibles.
  • Condiciones del medio favorables a deficiencias en Cu: mala predisposición mineral (ej. Granitos), pH alto del suelo e interacciones con otros elementos fertilizantes. En general los suelos ricos en N y en P pueden inducir deficiencia en Cu por incrementar las necesidades de éste debido a una mejor síntesis de proteínas.
  • Las aplicaciones elevadas de Zn pueden agravar la deficiencia cúprica (competencia radicular).

Se pueden citar como suelos especialmente propensos a deficiencias cúpricas:

  • Los suelos pobres muy lavados, como los podsoles arenosos.
  • Suelos pobres muy turbosos, con pH muy alto.

Los cultivos más sensibles a las carencias cúpricas son trigo, cebada, avena, gen. Citrus, zanahoria, espinaca, lechuga, remolacha, en especial los cereales de invierno.

Entre los cultivos hortícolas, la espinaca y el guisante.

Los signos de deficiencia de Cu más típicos se observan en cereales como decoloración blanquecina de las puntas de las hojas más jóvenes, incluso deficiencias en el espigado que puede producir “espigas vacías”. En maíz; las hojas finales pierden turgencia y se doblan quedando adheridas en forma de asa.

En árboles frutales, necrosis de las puntas y de los bordes de las hojas más jóvenes.

En general, los síntomas se aprecian en los tejidos recientemente formados.

Los síntomas de toxicidad son muy poco frecuentes, únicamente citar los casos de condiciones edafológicas propensas a mantener Cu disponible permanentemente y tratamientos foliares muy repetitivos con este elemento.

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