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Giberelinas

Su presencia es universal en las plantas y también podemos encontrarlas en hongos, bacterias y algas. Su contenido puede variar en función del estado fenológico de la planta y podemos encontrarlas principalmente en los tejidos reproductores, pero también en los tallos, raíces, hojas, flores, frutos y semillas.

La ruta de biosíntesis de las giberelinas comienza con los primeros pasos en la ruta de síntesis de los compuestos terpenoides hasta la síntesis del geranil-geranil pirofosfato, precursor de los diterpenos, que por ciclación produce la molécula de ent-kaureno de la cual surgen todas las giberelinas. El lugar de síntesis dentro de la planta son los ápices de los tallos y raíces, las hojas en expansión, frutos y semillas en desarrollo. Las giberelinas pueden viajar por la planta a través del floema principalmente, pero a diferencia de las auxinas, carecen de transporte polar.

El mecanismo de acción de las giberelinas depende de su unión a una proteína transportadora en primer lugar, que permita su inclusión en el interior celular, y posteriormente de su unión a un receptor específico, pasando al interior del núcleo de la célula y alterando la síntesis del material genético (RNA).

Las giberelinas intervienen en la estimulación del crecimiento del tallo, mediante activación de la división celular y modificación de la extensibilidad de la pared celular principalmente. También juegan un papel importante controlando la inducción de la floración, así como en el crecimiento y la producción de flores y en el cuajado, desarrollo y maduración de los frutos, y la germinación de las semillas. A modo de ejemplo tenemos la acción de las giberelinas durante el proceso de germinación. Las giberelinas en la semilla actúan sobre la expresión de los genes de la α-amilasa, enzima responsable de la hidrólisis del almidón para producir azúcares simples que serán la fuente de alimento de la plántula durante la germinación hasta que ésta pueda realizar la fotosíntesis por sí sola. Asimismo, las giberelinas producidas en las semillas regulan el crecimiento del fruto de forma que en algunas especies vegetales se ha visto que, en frutos no polinizados, la aplicación de giberelinas suple el efecto de la polinización, desarrollándose el fruto.

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