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En el suelo:
El Mn presente en el suelo, a unas concentraciones medias comprendidas entre 200 y 3000 ppm, está sometido a unos procesos de oxidación y reducción dependiendo de las complejidad química y estructural de éste.
En líneas generales las condiciones más favorables para la formación de Mn 2+ se dan en condiciones de pH ácido y en condiciones reductoras, es aquí donde aumenta la solubilidad y el potencial de absorción radicular. Es también importante la presencia de materia orgánica para la formación de complejos con Mn.
El potencial de formación de quelatos es menor que con otros metales como el Cu o Zn. Citar que la concentración de Mn2+ es importante para la estabilidad de los quelatos formados en el suelo con Mn.
Para una mayor solubilidad del suelo las condiciones reductoras del mismo favorecerán esta circunstancia, y para ello se considerará:
- La cantidad de agua del mismo: señalar que las condiciones de saturación hídrica (desaconsejables desde el punto de vista agrícola) son las que más condiciones de reducción consiguen y por tanto, pueden llegar a presentar unos niveles de asimilación de Mn que confiera toxicidad a las plantas.
- El pH: las condiciones ácidas son más favorables; en torno a 6,5.
- El contenido de materia orgánica. Cantidades altas de materia orgánica pueden perjudicar la solubilidad del Mn por formación de complejos estables.
- La actividad microbiana: como agentes oxidantes del Mn.
En la planta:
Señalar que a nivel de interacciones con otros elementos la presencia de Mg disminuye la absorción del Mn; y que la presencia de Mn puede disminuir la absorción de Fe.
Si bien es cierto que no se encuentra una preferencia del anión citrato para formar enlaces metálicos con el Mn, el transporte de éste a tejidos meristemáticos es preferencial, siendo las plantas jóvenes normalmente ricas en Mn.