Pudrición gris - Botrytis cinérea
El género Botrytis incluye unas 20 especies, de las cuales, la más infectiva de todas es Botrytis cinérea. Las enfermedades causadas por este hongo son conocidas como Podredumbre Gris. Posee una amplia distribución mundial, pudiendo infectar a más de 200 cultivos de importancia económica incluyendo vid, berries, hortícolas y ornamentales, así como en viveros de forestales o en postcosecha. Este hongo aéreo es especialmente dañino en cultivos de invernaderos que crecen bajo condiciones de alta humedad.
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Sintomatología
Los síntomas causados por Botrytis cinérea pueden aparecer en hojas, frutos, cuellos de raíz, tallos, flores, semillas, plántulas y, en general, en todas las partes de las plantas excepto en las raíces. No obstante, los síntomas suelen ser específicos del tipo de huésped. A pesar de esta diversidad, lo más común en las infecciones causadas por Botrytis es la aparición de un manto grisáceo característico sobre los tejidos afectados. Puede acabar necrosando los tejidos infectados y causando la muerte de la planta, propagándose la enfermedad con rapidez a plantas cercanas.
Es muy característico, distinguir una nube de esporas al soplar los tejidos muertos, liberándose las esporas que sirven al hongo para dispersarse.
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¿Cómo actúa?
El inicio de nuevos ciclos de infección se da cuando las condiciones climáticas son favorables, esto es, temperaturas moderadas y alta humedad. La botrytis se caracteriza por producir un gran número de esporas, llamadas conidios, sobre los tejidos a los que afecta. Estos le dan el aspecto característico de moho grisáceo a la enfermedad y son el modo de dispersión del hongo a través del viento y la lluvia para causar nuevas infecciones a través de heridas. Cuando las condiciones dejan de ser favorables para el hongo, se forman unas nuevas estructuras de resistencia, conocidas como esclerocios. Gracias a estas estructuras y a restos de micelio, persisten en el suelo o en tejidos muertos hasta que se producen nuevos ciclos de enfermedad.
Fusarium - F. solani y F. oxysporum
Al género Fusarium pertenecen multitud de especies que causan diversas enfermedades en prácticamente todos los cultivos conocidos. En este sección, se hará referencia fundamentalmente a F. solani y F. oxysporum, especies que provocan marchiteces vasculares y pudriciones de plántulas, raíces, corona y base de tallos.
Esta enfermedad se da en prácticamente todas las zonas conocidas del mundo donde se cultiva alguna especie, causando portantes pérdidas económicas al reducir el crecimiento y la producción de los cultivos.
Dentro de la especie F. oxysporum, existen formas especiales que, aun siendo morfológicamente similares, están especializadas en especies vegetales concretas y no en otras. Plantas de la misma familia pueden ser, por tanto, infectadas por diferentes formas especiales de la misma especie causando la enfermedad conocida como Fusariosis Vascular.
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Síntomas
Es complicado determinar qué síntomas se manifiestan antes. Uno de los primeros es la amarillez de las hojas más bajas, seguido del marchitamiento de la planta. Puede dar lugar a la muerte final del huésped antes incluso de que ésta alcance la madurez. En otros órganos de las plantas, aparecen áreas de pudrición blanda que más adelante tornan a marrón y por último a negro.
Con el progreso de la enfermedad, se detiene o ralentiza el crecimiento, así como el desarrollo de los frutos.
Si hacemos un corte longitudinal del tallo, aparecen estrías de color marrón a lo largo del sistema vascular. En ocasiones este síntoma es característico del hongo que ha infectado y puede ser tenido en cuenta para el diagnóstico de la enfermedad.
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Ciclo de la enfermedad
Estos patógenos pueden permanecer en suelos infectados hasta 15 años gracias a las esporas que producen, que en este caso reciben el nombre de clamidosporas, volviendo a germinar cuando las condiciones climáticas son nuevamente óptimas.
La Fusariosis es una enfermedad de temperaturas templadas, preferentemente de suelos ácidos y arcillosos. Cuando la temperatura del suelo es óptima, las hifas del hongo se extienden hasta alcanzar las raíces o las zonas más bajas del tallo sin que se aprecien síntomas en la parte aérea.
La entrada de Fusarium se realiza hasta el sistema vascular, a partir de donde empieza a extenderse por toda la planta colapsándola y reduciendo el flujo de agua y nutrientes.
La dispersión del patógeno se realiza vía semillas, esquejes, suelo y material o maquinaria de trabajo infestado.
Oídio
El oídio es un grupo fúngico que se conoce con el nombre de mildiu pulverulento, que alude al polvillo blanco-grisáceo que recubre generalmente los tejidos afectados, y es el signo característico de estas enfermedades. Son parásitos obligados o biotrofos. Son altamente específicos de huésped. Como grupo, infectan muchas especies de plantas, entre ellas muchos árboles y arbustos, numerosas plantas ornamentales, hortalizas, cereales, hierbas e incluso malas hierbas. Sin embargo, las especies individuales de oídio son muy específicas. Las enfermedades son causadas por diferentes especies de hongos agrupados en seis géneros principales en el orden Erysiphales, un orden que incluye una sola familia, la Erysiphaceae, destacando los géneros Erysiphe, Leveillula, Microsphaera, Sphaerotheca, Podosphaera y Uncinula.
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Ciclo de vida
Estos hongos se reproducen por medio de dos tipos de esporas: esporas asexuales llamadas conidios y esporas sexuales denominadas ascosporas.
Las ascosporas son dispersadas por el viento y establecen la infección primaria en los tejidos jóvenes. Tras la infección, el patógeno coloniza las células epidérmicas formando un micelio externo que produce la fase asexual (conidióforos y conidios) dando lugar al signo característico de la enfermedad. Los conidios se dispersan por el viento y establecen infecciones secundarias, que se pueden repetir originando los ciclos secundarios de infección. Cuando las condiciones ambientales o la nutrición se vuelven desfavorables para el crecimiento, los hongos cambian a la fase sexual, constituyendo la forma de supervivencia principal del hongo, formando cleistotecios.
Los cleistotecios llevan dentro unos sacos llamados ascas. Las esporas sexuales ovaladas, llamadas ascosporas, se producen dentro de las ascas, al comienzo de la primavera.
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Sintomatología
El principal signo del oídio son manchas pulverulentas color blanco grisáceo en las hojas, aunque también puede infectar a otras partes de la planta y puede causar distorsión y retardo en el crecimiento de los brotes, las hojas, y las flores, y una coloración castaña en la fruta.
El tipo y gravedad de los síntomas varían dependiendo de la combinación de especies de oídio y de las especies de plantas hospedantes involucrados.
Phytophthora - Phytophthora spp.
Las especies del género Phytophthora causan gran variedad de enfermedades graves en diferentes tipos de cultivos, ya sean hortícolas, frutales, ornamentales o leñosas. La especie mejor conocida es P. infestans infectando plantas de patata y tomate, sin embargo, existen otras especies igualmente virulentas como son P. capsici, P. cinnamomi o P. cactorum.
Estos hongos son patógenos de suelo que pueden sobrevivir en el suelo en forma de oosporas o en forma de micelio sobre restos vegetales.
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Síntomas
Algunas especies infectan a pocos huéspedes mientras que otras, pueden causar síntomas en muchas clases de cultivos diferentes.
Los síntomas más comunes son la pudrición de raíces, de la base de los tallos, de tubérculos y de frutos.
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Ciclo de la enfermedad
Dependiendo del huésped, el ciclo de vida o enfermedad puede presentar pequeñas variaciones. Tomaremos como ejemplo el ciclo de P. capsici sobre cucurbitáceas. Las oosporas del hongo en el suelo son resistentes a la desecación, a bajas temperaturas y a condiciones extremas, pudiendo sobrevivir en él en ausencia de hospedador durante varios años. Cuando la oospora germina, produce otro tipo de esporas con capacidad para “nadar” y flotar en el agua, que son dispersadas por esta hasta que alcanzan el tejido vegetal. Una vez aquí, el hongo crece dentro de los tejidos vegetales y emite hacia fuera unas estructuras llamadas esporangios que van a contener la esporas que nuevamente van a ser dispersadas para que la enfermedad se propague con rapidez.
Cuando el ciclo finaliza o las condiciones son adversas, el hongo libera oosporas al suelo para volver a permanecer en éste en estado latente hasta que se vuelva a iniciar el ciclo.
Sigatoka negra - Mycosphaerella fijiensis
La Sigatoka Negra es una enfermedad causada por el hongo Mycosphaerella fijiensis, que principalmente ataca a las hojas del banano. Es devastadora bajo condiciones climáticas favorables, donde las necrosis de las hojas pueden reducir los rendimientos en torno al 35-50%.
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Sintomatología
Los primeros síntomas de la Sigatoka Negra son manchas cloróticas muy pequeñas que aparecen, por lo general, en la tercera o cuarta hoja abierta. Estas manchas progresan hasta que en las hojas se ven rayas de color marrón delimitadas por los nervios foliares. Con el avance de la enfermedad, estos síntomas van haciéndose más evidentes hasta provocar las lesiones de las hojas características de la enfermedad. El tejido adyacente aún sin colonizar puede tener apariencia de mojado, especialmente cuando está bajo condiciones de alta humedad.
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¿Cómo actúa?
El ciclo se inicia con la germinación de las esporas, las cuales, después de su liberación y dispersión por acción del agua o el viento, se depositan sobre las hojas sanas o infectadas. Aquí, el inóculo germina para producir un tubo germinativo que se alarga y se ramifica rápidamente en busca de estomas, lugar por donde el hongo va a penetrar en los tejidos de las plantas. Se estima que dicho proceso transcurre en un tiempo que va de 2 a 6 horas. Para que ocurra, además, es necesaria la presencia de agua libre sobre las hojas. Una vez dentro de los tejidos foliares, este hongo emite toxinas que afectan a la fisiología de las células del mesófilo y éstas entran en un proceso de muerte celular. Como consecuencia de este proceso, aparecen los síntomas descritos anteriormente en las hojas que son característicos de la enfermedad.
Verticilosis - Verticillium spp.
Varias especies del género Verticillium causan importantes pérdidas económicas al infectar cultivos de interés agrícola en regiones templadas, incluyendo hortícola y especies anuales, perennes o leñosas.
Estos hongos pueden persistir en el suelo en ausencia de su hospedador durante años en estado latente. Una vez que las condiciones climáticas vuelven a ser favorables y hay un huésped próximo, pueden causar nuevas infecciones a través de las raíces.
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Sintomatología
Los síntomas más comunes causados por especies de Veticillium son la clorosis foliar seguida y marchitamiento, seguida de la necrosis de tallo y raíces. No obstante, pueden aparecer nuevos síntomas en función del huésped y ser más evidentes en épocas más cálidas.
Estructuras de resistencia, visibles y de color negro, llamados microesclerocios, aparecen frecuentemente en tejidos con síntomas.
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Mecanismo de acción
El desarrollo de la verticilosis está favorecido por condiciones de humedad y temperaturas de 21-27º C. Bajo estas condiciones, los microesclerocios son estimulados por los exudados de las raíces para germinar. A continuación, el hongo penetra por la zona de elongación colonizando finalmente el córtex radicular. Desde aquí, las hifas invaden los haces xilemáticos y el resto del sistema vascular de la planta provocando un colapso de este. De este modo, el agua y los nutrientes dejan de circular correctamente, observándose los primeros síntomas de clorosis y marchitez en hojas. Cuando la enfermedad está avanzada y aparecen tejidos necrosados o plantas muertas, el hongo produce microesclerocios que vuelven al suelo adheridos a ellos.